La Fundación Haz (anteriormente Fundación Compromiso y Transparencia) ha galardonado a la Universidad de Valladolid con su sello más alto de transparencia t*** que se otorga a las universidades que cumplan entre el 90% y el 100% de los indicadores de transparencia establecidos en su Examen de transparencia 2024.

En concreto, la UVa obtiene un total de 98% de indicadores validados y destaca en el análisis que valora aspectos como el plan estratégico y la política y gobierno universitarios, la transparencia de su Consejo Social y entidades vinculadas, la publicación de datos sobre la oferta y la demanda académicas, el libre acceso a la información retributiva, el nivel de endogamia, perfil y porcentaje de extranjería en el PDI, o diferentes indicadores económico financieros. En la edición previa, la UVa alcanzó un 94% de indicadores transparentes.

Esta metodología valora la transparencia como el esfuerzo por difundir y publicar la información relevante de la organización, haciéndola visible y accesible a todos los grupos de interés de manera íntegra y actualizada.

  • Una primera condición analizada es la de la visibilidad, es decir, facilitar que el contenido sea captado de manera sencilla por estar situado en un lugar visible en las páginas web.
  • Un segundo elemento importante es la accesibilidad: el contenido puede ser visible, pero si se necesita un permiso o registro para poder consultarlo no se puede considerar que la información sea accesible.
  • La información ha de ser también actual. Si los contenidos no están al día, se estima que no hay una disposición real de ser transparente.
  • Por último, el cuarto elemento es la integralidad. Por integralidad entendemos que la información debe ser completa y exhaustiva.

Se confirman las tendencias observadas en años anteriores: las universidades públicas continúan mejorando de manera notable en la publicación de información relevante en sus portales, consolidando su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas. Destaca especialmente el progreso en las prácticas de rendición de cuentas de los consejos sociales, un ámbito que ha sido objeto de atención en informes anteriores. Este año, un mayor número de consejos sociales ha comenzado a informar públicamente sobre la asistencia de sus miembros las reuniones, así como sobre las prácticas de autoevaluación del desempeño que han llevado a cabo. Estos pasos representan un avance significativo en el impulso de la gobernanza universitaria.

Esta situación contrasta con la de las universidades privadas, que se mantienen estancadas en cuanto a su grado de transparencia, con excepción de un grupo muy reducido de entidades. Persisten graves deficiencias en áreas críticas, como la falta de publicación de información económica detallada y la ausencia de datos sobre sus titulares, especialmente en aquellas universidades que dependen de sociedades mercantiles. Esta falta de transparencia obstaculiza la rendición de cuentas y pone de manifiesto la necesidad urgente de que el sector privado universitario asuma las mismas obligaciones de transparencia que el público.

La opacidad de la mayoría de las universidades privadas contrasta con el crecimiento de estas en los últimos años, hasta el punto de que el número de centros privados se encuentra muy cerca de igualar a las universidades públicas, debido a la autorización de un número importante de universidades privadas en estos años. Las universidades privadas suman ya 46 centros y se estudia o tramita, al menos, la autorización de otros diez.

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