La Fundación CYD acaba de publicar el primer análisis del SUE que elabora a partir de los datos utilizados para su ranking y del Sistema integrado de información universitaria (SIIU), del cual hemos publicado recientemente resultados centrados en el rendimiento de la Universidad de Valladolid.
Abre la serie la radiografía del apartado docencia, que se verá acompañado próximamente de otros como investigación, la transferencia de conocimiento y la internacionalización, así como con la inserción laboral. El informe, de sencilla lectura y con gráficos que ilustran varios aspectos, pone de manifiesto el acelerado crecimiento de las universidades privadas en España, especialmente desde los años 90, que ha transformado el panorama del sistema universitario.
En Castilla y León, este fenómeno es particularmente visible, con cinco universidades privadas frente a cuatro públicas, y concentradas en estudios de máster, donde superan en número de titulados a las públicas. Estas instituciones han logrado atraer a un alumnado más diverso y global, con mayor presencia de estudiantes internacionales y de perfiles socioeconómicos altos, lo que también se traduce en una mayor capacidad de autofinanciación y sostenibilidad.
Además, los ámbitos de estudio más representados en estas instituciones —como Negocios, Educación y Ciencias Sociales— responden a una lógica de mercado, dejando en segundo plano disciplinas fundamentales como las Ciencias o la Ingeniería, donde las universidades públicas siguen siendo esenciales.
El perfil del alumnado y del profesorado también revela desigualdades estructurales. En Castilla y León, los estudiantes de universidades privadas provienen en mayor proporción de familias con estudios superiores y ocupaciones de alta cualificación, lo que refuerza la segmentación social del sistema.
El profesorado en estas instituciones es más joven y con contratos más estables, pero también más precarizado en términos de dedicación parcial. En contraste, las universidades públicas, aunque enfrentan retos de envejecimiento y financiación, siguen siendo el pilar de la equidad educativa, la investigación científica y la formación integral.
Imágenes de CYD.